La revolución, un festejo más

Fidencio Treviño Maldonado.

A 102 años del inicio de la Revolución y pasada la euforia del primer centenario de esa gesta épica, la cosa sigue igual o peor en este país del nunca jamás. A Pancho Villa y Emiliano Zapata se le sigue recordando con corridos, disfraces, imitaciones y otras lindas ridiculezes, pero los verdaderos preceptos de la revolución, si es que alguna vez los hubo, en dónde quedaron.

De pronto el pueblo mexicano de todo arma una tragedia y es esta misma tragedia la que disfraza de tango, de belleza, de humor, de alebrijes multicolores y cacofonías extranjeras, ya que en el desfile conmemorativo y llamado deportivo, la música de los cuadros tanto de escuelas como de otros organismos en un 80 por ciento es meramente estadounidense, nadie sabe lo que dice la letra, nada que ver con la revolución, esto a nivel nacional.

Transitar en los vericuetos de la Revolución es en la actualidad entrar al mundo político del país, nuestra clase política ha sido heredera de los conceptos de la revuelta, se testamentó los puestos y como generales suben de posición política sin dar tregua, así como también valiéndose de la tropa (ciudadanos) para lograr escalar puestos.

Tal vez la Revolución para la clase moderna y dedicada a la política es la invención de su verdad, sobre todo cuando de corrupción y defender sus intereses se trata, más ahora que el poder de la sociedad es nulo ya que se vive en la zozobra en todos los rublos, un México en el caos, tal vez revuelto pero no agitado, dijo una vez Plutarco Elías Calles cuando fue por un tiempo no grato en el país.

La Revolución es la paradoja del mexicano, porque en ella conmueve, se recrea y se manipula su gesta y para muchos no es historia, sino que la revolución aún es futuro para la patria, he ahí la paradoja, es toda una comedia en donde los héroes ya no son de carne y hueso, sino son míticos, son ficción y hasta sublimes, y que de pronto en esta comedia caen al suelo o llegan al infierno, y cada 20 de noviembre su fantasma aparece.

La relación espinosa entre la verdad o la historia, y como se conoce en el país, es muy diferente a como los historiadores elitistas la cuentan y como se narra en canciones, películas y pasajes periodísticos o televisivos.

Octavio Paz dice que es la otra cara de la independencia, que es la emancipación del mexicano, ya que el bautizo fue la conquista. Eso dice el premio Nóbel de literatura mexicano, sin embargo el que esto escribe, sostiene que el único logro de la Revolución fue un legajo de papel llamado Constitución, aunado a ésta, la revolución también parió (parto atravesado) a la gente que se montó en el tren constitucional y revolucionario, y que por 102 años a hecho lo que los mexicanos hemos dejado que hagan de nosotros.

Según se ve, “La casta divina” que nos gobierna llamada familia revolucionaria lo va a seguir haciendo, sólo basta ver los festejos que año con año se hacen, es decir Roma no ha muerto y los Césares en sus orgías orgásmicas desde los pasillos de palacio gritan: ¡Al pueblo pan y circo!

¿O usted qué piensa ..?